1 de abril de 2007
A las siete me desperté; había dormido perfectamente en una gran estancia de cien metros de larga, por quince de ancho aproximadamente y sólo éramos cinco peregrinos. Era consciente de que la etapa de ese día era de 39,50 km., si bien para ser más precisos son casi 41 km, pues la entrada al pueblo de Portomarín al Albergue dista más de 1 km.
Cuando me desperté vi que los otros tres peregrinos aún dormían; al fondo el peregrino extranjero seguía en la cama. Fui hacia el lavabo y después terminé arreglar la mochila; como vi que no se despertaban salí al exterior. Ellos sólo harían hasta Ferreiros (unos 23 km. aproximadamente), por lo podían permitirse levantarse más tarde.
Salí afuera, cerré el gran portón del Albergue y giré a la derecha, di la vuelta al Monasterio por mi derecha, atravesando el Puente sobre el río, que discurre por Samos, y de aquí fui al Bar España, donde desayune. Fuera sólo vi pasar a dos peregrinas, que ignoro donde habían descansado y de donde procedían.
Unos veinte minutos más tarde reinicié el Camino.Este tramo del Camino hacia Samos no suele estar descrito en las guías, ya que el Camino oficial pasa por San Xil, sin embargo cada vez se describe en más sitios, pues son muchos los peregrinos que no pernoctan en Triacastela y van por Samos, generalmente los alemanes, americanos, franceses e italianos; y también muchos españoles prefieren seguir el Camino por Samos; es más largo, pero vale la pena atravesar la vegetación y los bosques frondosos, ladeados por verdes prados, castaños, pinos y robles.
El camino, al principio, discurre por la carretera de Samos a Sarria por la izquierda de esa ruta. Al salir de Samos llegas a un merendero, donde hay una fuente, bancos y un monumento al Peregrino; a tu izquierda el río. Continúas así durante unos tres kilómetros. Más tarde atraviesas la carretera y te diriges a su derecha iniciando el ascenso a una pequeña carretera que conduce hacia un Bosque. A partir de aquí el Camino discurre entre bosques, sendas entre prados, robles, castaños y pinos. Primero va hacia la población de TEIVILDE, unos kilómetros más tarde pasas por AIAN; después por FROILAS y, por último, por FONTAO. Este camino es bastante largo, unos 15 kilómetros, tres más que yendo por la carretera. Es difícil describirlo porque, apenas, hay solución de continuidad entre la vegetación de los prados y el Bosque, y entre éste y las poblaciones; entras y sales por correideras, efectúas grandes ascensos, especialmente al principio y por la población de FROILAS; pasas por un puente bastante grande, que fue reconstruido después de unas inundaciones acaecidas hacia el año 2002 ó 2003, etc. Pasas por caseríos, en los que generalmente hay algún perro que viene hacia tía cuando te acercas, aunque nunca suele pasar nada.
Cuando ya había andado unos 15 km. llego a Fontao, el último pueblo de este tramo. A partir de aquí se vuelven a unir los dos Caminos y ya volví a ver peregrinos, que procedían de Triacastela y lógicamente venían por el Camino de San Xil.
El camino continúa por un tramo de tierra hacia la carretera de Sarria. Llegas a esa ruta poco después; el camino sigue, entonces, por la derecha de la carretera; se sube algún montículo, se divisa Sarria y, más tarde, accedes a la localidad de Vigo de Sarria, población ya incorporada a esa ciudad. Entro en Sarria siguiendo esa ruta y después, al llegar a una Plaza inmensa, paso delante del famoso Km. 112. Ese Kilómetro tiene importancia porque los que hacen a pie, si quieren conseguir la Compostela como mínimo deben partir de esta ciudad. Paso delante del Hotel NH Alfonso II; después se atraviesa un puente y todo un parque que se ha restaurado en honor a los caminantes. Desde aquí divisas el río y los patos que en él se bañan. Más tarde, ya en el Centro de la ciudad, me dirijo a un Bar, donde desayuno un bocadillo de jamón, tomo un Aquarius y un café.
Media hora más tarde reinicio el Camino. Algunos peregrinos, procedentes de la otra ruta, se quedan en Sarria, pero yo continúo, me queda un gran tramo y pasan de las 12,30 horas. El camino continúa en ascensión por la Calle Mayor, la más típica de Sarria, sin embargo estaban en obras de cableado y cañerías de agua, por lo que tuve que desviar a la derecha; subí hacia la Iglesia de Santa Martina y al hallarme en la plaza de ese templo observé que había esquivado parte de la ascensión, pues ese tramo es un atajo que evita la gran pendiente de la Calle Mayor por la que discurre el Camino. Un poco más arriba está la Iglesia de San Salvador, de una sola nave rectangular y ábside semicircular.
Sin embargo, el Camino continúa en ascensión hasta 600 metros después, donde se gira a la derecha y desde un cruceiro (ver la foto) se observa parte de la ciudad de Sarria, cuya importancia económica e industrial en la provincia de Lugo y Galicia es notoria.
Después de unos 500 metros llegas a otra Plaza, donde se halla el Convento de la Magdalena, regido por la Orden de Los Mercedarios, si bien antes de llegar a la Iglesia, el Camino gira a la izquierda iniciándose una pendiente con un enorme desnivel, la cual debes andar con sumo cuidado para no dañar las rodillas. Trescientos metros después llegas a una carretera, giras a la derecha y el camino continúa durante unos 100 metros por allí; después se gira a la izquierda y se atraviesa un pequeño Puente sobre el Río Celeiro. Al finalizar este puentes se observa una pequeña Cruz dedicada a los Peregrinos Identes, fallecidos por el Camino, sin embargo lleva rota desde hace muchos años, sin que todavía me conste que la hayan reparado.
El camino continúa cerca de la vía del tren; discurre paralelo al río; luego se cruza la vía del tren y atraviesas hacia una zona de un prado, donde hay un mojón que recuerda el lugar llamado SANCTIS MICHAELIS. Se continúa hacia la izquierda en dirección hacia un arroyo, que se atraviesa pasando por un pequeño puentecito de madera y con unos troncos de árboles al lado como alternativa para salvar el arroyo. Pasas por una Carballeira y luego se inicia un fuerte ascenso, rodeado de árboles. Recuerdo, en una ocasión, en la que subía por aquí con mi hermano Javier y cinco peregrinos más; habíamos comido en la Feria de Sarria un buen pulpo, acompañado con vino tinto; y la verdad es que iniciar esa ascensión, después de esa comida nos hizo sudar lo que no imaginábamos; la única que no había bebido vino era la que lo subió tranquilamente. Está claro que la comida y la bebida no son compañeras del ejercicio físico.
Después el Camino continúa hacia la localidad de VILEI y la de BARABADELO, que dista unos cuatro kilómetros de Sarria. En BARBADELO hay un Albergue y también frente al mismo hay un templo, cuya puerta de arco de medio punto tiene unos dibujos o frisos muy variados y que llaman la atención. El camino continúa entre prados, robles y caseríos. Precisamente, aproximadamente un Kilómetro más tarde, en RENTE hay una casa rural, en la que pare para beber una coca cola, pues tenía bastante sed como consecuencia del tamaño del bocadillo que había comido en Sarria. Generalmente en este lugar descansan los peregrinos un rato, pero ese día no´había ninguno, por lo que pensé que poca gente estaba en el Camino. Ignoraba que en Sarria habían iniciado el Camino más de cien personas, pero eso era algo que todavía desconocía. Serían alrededor de las 14 horas.
Después de Rente, viene el poblado de Mercado da Serra. Unos metros más adelante se cruza la carretera C 535, de Sarria a Portomarín prosigue a través de una pista asfaltada por los pueblos de Mouzos, Xisto, Domz, Leimán, Peruscallo, Cortiñas, Lavandeira y Brea. El camino es parecido, pues a tu lado tienes bosques de castaños y robles, así como las típicas casas con tejados de pizarra, que tanto abundan por esta zona. Después ya viene un paisaje más agreste y duro hasta llegar a MONTE MORGADE y, más tarde, al pueblo de MORGADE. Aquí hay una pequeña casa con un restaurante, donde pare a comer, pese a que debían ser entre las cuatro o cinco de la tarde, pero en el camino no distingues la hora, sino el momento.
Entré con la mochila, la dejé en el suelo; me dijeron que sí podía hacerme comida. Comí bien y con bastante vino para compensar la fatiga. Había allí dos peregrinos de Barcelona, que habían iniciado el Camino en Sarria ese mismo día; nos presentamos; me dijeron que sí que había comenzado más gente, pero no había visto mucha.
Los dos peregrinos se fueron un poco antes; yo salí más tarde, pero me los encontré por el Camino; uno de ellos volvió a alcanzarme y fuimos caminando un rato juntos.
Después de Morgade se pasa el Arroyo Ferreiras y se emprende un suave ascenso hasta la aldea de FERREIROS, lugar en el que hay un Albergue de unas treinta o cuarenta plazas, donde suelen parar muchos peregrinos, aunque no era nuestro caso porque proseguíamos hasta Portomarín. No obstante, aquí se quedó un momento un peregrino de Barcelona para esperar a su compañero; yo preooseguí adelante.
Por una corredoira prosigue el ascenso hasta una pista de asfalto, que se cruza, para descender a MIRALLOS, y continuar hasta PENA, COUTO y ROZA. Después, como indica MILÁN BRAVO LOZANO, “hay que alcanzar la altura de Pena de Cervo, desde la que se inicia el descenso hacia MOIMENTOS, MERCADOIRO y la vega del rió Bocelo, donde se asienta MOUTRAS. Se sigue luego, durante algo más de un kilómetro hasta Parrocha, donde se sale por otra pista asfaltada, que a los 600 metros se sustituye por un camino que entra en VILACHÁ, desde donde se avista el moderno poblado de PORTOMARÍN”. Esta localidad está emplazada en un alto desde el que se divisa río Miño.
El antiguo pueblo de Portomarín está cubierto por el río Miño y, en algunas épocas del año, aun pueden verse restos del poblado antiguo cuando hay poca agua. No obstante, cuando se construyó el pueblo se trasladaron a él una Iglesia , que tiene características templarias y se edificó de nuevo piedra sobre piedra en el centro de la Plaza del Pueblo; otra Iglesia, situada en un extremo del pueblo y otro edificio, tal como lo explicó una vez un empleado de una sucursal bancaria de ese pueblo.
Después de un descenso de unos 500 metros, largo y prolongado, llegué al Puente sobre el Río Miño, que tiene un kilómetro de longitud. Al terminar subí una escalera de unos 80 escalones aproximadamente, por la que se asciende más rápidamente al pueblo. Una vez allí todo es cuesta arriba, pues aunque queda un kilómetro hasta llegar a la Plaza del Pueblo, donde está la Iglesia , que algunos califican de templaria. Cien metros después llegué al Albergue. Ahora está totalmente cambiado, derribaron el anterior, que era grande, pero construyeron otro en su lugar. La diferencia es que antes el albergue se dividía en habitaciones, pero ahora es un salón inmenso. La verdad es que la distribución anterior me gustaba más, pero ese había sido el modelo elegido por los arquitectos y técnicos del gobierno bipartito. No obstante, la zona abajo (cocina, lugar de descanso y lavabos) quedó muy bien e incluso había más espacio.
La Hospitalera me dijo que mirara al final, donde quizás quedaban una cama o dos, pues al llegar allí me di cuenta que había más de cien personas que ya se encontraban en el Albergue; habían venido sólo desde Sarria, pero lógicamente habían llegado antes.Por otro lado, yo parecía algo raro para ellos, pues como el día anterior había encontrado nieve llevaba las polainas puestas. De todos modos, encontré una cama y, por la noche, cené con los otros dos peregrinos en un Restaurante de la plaza. Ellos habían preferido quedarse en una Fonda.
Monumento funerario en Ferreiros
Plaza de Portomarín. Ayuntamiento.
Iglesia Templaria. Transportada y reconstruida piedra a piedra del poblado antiguo al actual.
Hola Aventurero. Bueno es volver a saber de ti y continuar el relato de tus vivencias por el Camino de Santiago. Nuevamente es agradable volver a contemplar tus fotografías sobre El Camino y más en unos pueblo que conozco de un viaje que hice hace ya unos 3 años.Me agrada verte por aquí. Un cordial saludo.
By: Bob on 18 octubre, 2009
at 23:43
Esta vez he tardado mucho, pero prometo que intentaré volver a seguir con las vivencias del Camino. Falta poco para explicar las últimas etapas. Hasta ahora había tenido muchos problemas, pues además de la muerte de mi Padre y mi Madre, en mayo falleció un cuñado mío; y he dejado pasar algunas cosas. Aunque intentes distraerte, siempre cambio algo en tu vida. Como dice la gente "la procesión va por dentro". Las personas intentamos reaccionar, pero el sentimiento lo llevas en lo más profundo.Pronto, pienso continuar con el Blog. De cuando en cuando también visito el tuyo; y miro las fotografías de él. Ya he visto que te gusta mucho Galicia, sus costumbres, sus paisajes y la comida de esa zona.Hasta pronto.
By: el_aventurero - Agustín - on 19 octubre, 2009
at 13:32
Me alegro de tu regreso y que te sientas con ánimo para continuar por tu "camino".Un cordial saludo.
By: Bob on 19 octubre, 2009
at 15:52