De Astorga a Rabanal del Camino (21 Km.)
20 de octubre de 2006
A las ocho de la mañana salí del Albergue; llovía muy intensamente, más que ningún otro día; ni la capelina era suficiente para que entrara la humedad en el cuerpo; daba igual los pantalones se mojaron rápidamente. Me dirigí hacia la estación de Renfe para cambiar el billete del tren. El Albergue está situado, en dirección Norte, a un extremo de la ciudad en la zona alta, pro el contrario la estación del tren está situada en el Sureste y en la parta baja de la ciudad, a unos 200 ó 300 metros de desnivel, razón por la que tarde unos 15 minutos; era plena noche, pese a la hora, y sólo se veía gracias a la luz de las farolas. Llegué a la estación totalmente empapado; no tuve problema para cambiar el billete por otro.
Una particularidad de Astorga es que las calles por las que pasa el Camino de Santiago tienen unos carteles diferentes al resto de calles, lo cual facilita a los peregrinos que no se equivoquen porque les basta seguir estas señales para orientarse correctamente
Cuando salí de la estación seguía la lluvia intensa; suerte que en la mochila debajo de la capelina llevaba otra funda impermeable, lo cual dificultaba que entrara la humedad dentro. Cuando llegue a la zona alta ya descendía la lluvia; me fui hacia la Plaza donde se ubica el Palacio de Gaudi ( sede del Palacio Museo de los Caminos), continúe hacia la zona de la Catedral, seguí por una calle pequeña situada frente a la fachada mayor de la Catedral; al terminar la calle giré hacia la derecha hasta llegar a un cruce, donde giré a la izquierda par ir a desayunar a un Restaurante. Ya había dejado de llover, por lo que el dueño del Bar se extraño que estuviera tan mojado, ya que habían pasado otros peregrinos antes y no lo estaban; le dije que yo había salido media hora a cuarenta y cinco minutos antes. Comí algo y tomé un Café con Leche. Minutos más tarde entró otro peregrino.
Quince o veinte minutos más tarde salí del bar; volví a girar esta vez hacia la derecha en dirección a donde había venido y al llegar al cruce continúe por la izquierda recto hasta llegar a la altura de de San Pedro de Afuera o del Arrabal de Rectivia, que es una Iglesia de estilo moderno. Aquí giré a la izquierda hasta la carretera Nacional; la atravesé; compré una botella de agua en un bar de la esquina y la introduje en la cantimplora. Continúe recto en dirección a Santa Catalina de Somoza y Rabanal del Camino. Aquí comienza la ruta de Foncebadón,que nos conduce a la Cruz de Ferro, a 1.500 metros de altura, donde se sitúa el punto más alto del Camino en España.
Después de cruzar la carretera, el Camino continúa recto, paralelo a una carretera poco transitada. Al poco se llega a un zona en que hay una residencia geriátrica y una Casa de ejercicios atendidas por las Religiosas Franciscanas. También se pasa por delante de unas casas unifamiliares, en una de las cuales siempre me llama la atención un carro, situado en el jardín, dedicado a los Arrieros.
Se atraviesa actualmente un Puente, que salva la nueva Autovía, y se continúa recto. Muy pronto se llega a la Ermita de ECCE HOMO, situada a la izquierda. Se trata de una pequeña Iglesia, en la cual, mirando unas pequeñas rejas, puedes tener suerte (depende de la luz solar) de ver una imagen de Jesús cuando estaba atado a la columna (Ecce Homo), a quien está dedicado.
El Camino sigue recto y más adelante encuentras una senda para peregrinos, situada a la derecha. Continúa por aquí y, unos 3 km. más tarde vuelve a la carretera, quedando a la derecha el pueblo de VALDEVIEJAS. Ahora bien, aquí atravieso la carretera y después giro levemente a la izquierda entrando en un camino rural en dirección a MURIAS DE RECHIVALDO. Llego de inmediato a MURIAS DE RECHIVALDO, casi al cruzar la carretera. Es un pueblo muy pequeño, entras caminando cerca de una casa situada a la derecha; después llegas a una pequeña plaza con una fuente. A la izquierda casas antiguas del pueblo y a la derecha algunas casas modernas. Esta zona de la Maragatería ha experimentado un gran cambio desde al año 1993, cuando prácticamente era árida y desierta, con pocas posibilidades de crecimiento. De todos modos, como explicaré más adelante, es en Santa Catalina de Somoza y en Rabanal del Camino donde se nota el cambio de forma efectiva.
Después de salir de MURIAS DE RECHIVALDO cambia el suelo del Camino. Hasta ahora la etapa se caracterizaba por tener un suelo de arena blanda y seca, destacada por su aridez y en la que sólo se dan los árboles autóctonos de esta zona de la Maragatería. Ahora transcurre sobre tierra de color rojizo, paralelo a una enorme pista forestal, pero al propio tiempo de forma lenta se inicia una ascensión. La anchura de este tramo es enorme, puedes andar por el Camino o por la pista forestal; no hay muchos árboles, salvo a 100 metros a tu izquierda y delante a lo lejos. Sin embargo, tienes una visión sublime; me giro hacia atrás y desde allí veo como emergen las Torres de la Catedral de Astorga, una de cada color, ya que se construyeron en épocas diferentes. El Edificio de la Catedral casi se ve entero, pese a los Kilómetros recorridos, magnífico lugar para hacer fotos. Pero eso no es todo, unos 200 ó 300 metros más adelante, me acerco a la derecha del Camino; apenas se nota la lluvia, que nos da un descanso a los peregrinos, pero tampoco hay niebla, por lo que vislumbro perfectamente el pueblo de CASTRILLO DE LOS POLVAZARES, especialmente su Iglesia y unas casas. Este pueblo es famoso porque en él basó Concha Espina su novela La Esfinge Maragata. Sin dudarlo, como había hecho antes, saqué algunas fotografías de esa población.
Continuo el Camino por la misma senda de arena rojiza, con algunas piedras, y me encuentro al Peregrino francés, que la tarde anterior estaba preocupado por el tiempo lluvioso y vi como llevaba una cesta de setas, que iba recogiendo; observé como se paraba y se iba hacia los matorrales o hacia donde había vegetación para recoger las setas que encontraba. Comería bien al mediodía.
Seguí caminando. Después de unos 3 km. el Camino llega a una carretera local, que lo atraviesa. La cruce y continué recto, paralelo ahora a un desvío de otra carretera, pero ya por una ascensión de mayor desnivel. Seguí caminando, entre árboles a mi izquierda y la carretera y un bosque a mi derecha. Después de 2 km. llegué a SANTA CATALINA DE SOMOZA. Este pueblo en el año 1993 parecía totalmente abandonado, pero hoy en día, gracias al auge del Camino, ha experimentado un cambio enorme.
Como había recorrido entre 10 a 11 km, sin contar la camina de la mañana a la estación de Renfe, tenía hambre, por lo que entré n un Restaurante muy moderno, donde me encontré con más peregrinos. Comí un bocadillo y bebí un Aquarius y un Café.
El Camino continúa recto por la Calle Real hasta llegar a una pequeña plaza, donde hay una Cruz dedicada a un peregrino fallecido allí. En todo el Camino se pueden ver varias cruces con el mismo fin, pero cuando más cerca estás de Santiago, aunque parezca paradójico, más cruces de éstas hay. Por alguna rara circunstancia fallece más gente cuando más próximo estás en Santiago que en las rudas montañas de Navarra, la estepa de Castilla o el páramo de León. Giré a la derecha y continúe recto en dirección a El Ganso.
De Santa Catalina de Somoza a El Ganso hay una distancia de 4 km. Al salir del pueblo, el Camino discurre paralelo a la carretera y por su derecha; pasas al lado de unos almacenes y del cementerio y después de una llanura, subes de nuevo lentamente. Aquí nos encontramos caminando, pero cada uno a su paso, cuatro peregrinos; había un español, que se llamaba Juan y era de Barcelona; los demás eran una alemana, una italiana y otra extranjera, de la que desconozco su nacionalidad.
Después de un trayecto de quince o veinte minutos caminando ora uno delante, ora uno atrás, oímos unos gritos de aquella chica extranjera y, al girarnos, vimos que lloraba. La italiana, que la conocía, se acercó a ella y le indicó que no le pasaba nada. La alemana me dijo que estaba triste por un problema familiar, pues la vio así desde que la tarde anterior habló por teléfono con su familia. Pero también podía ser que ese problema fuera el motivo por el cual hacía el Camino.
Como nos dijo que no nos necesitaba, continuamos caminando.
Fui un rato con Juan. Pero, antes de llegar a El Ganso, nos encontramos a dos peregrinas, que estaban sentadas dentro de un círculo de árboles. Las saludamos, pues las conocía de unas etapas anteriores; las saludé, pero continué andando. Juan se quedó un rato para comer unas naranjas.
EL GANSO es un pequeño pueblo, calificado popularmente como "simpático pueblo del Camino de Santiago". La Iglesia del pueblo está dedicada a Santiago, y a la altura del puente de Poñate, hay restos de una explotación aurífera romana llamada la FACARONA. Al final de la plaza de la Calle Real hay dos bares, pero uno de ellos – el que casi siempre está abierto´- se llama El Cowboy; su dueño es muy simpático y, hasta hace pocos años, era prácticamente el único sitio que podías comer o beber desde Astorga a Rabanal. Se agradecía especialmente en verano, ya que esta etapa el calor llegar a alcanzar elevadas temperaturas en esa estación del año.
Entré en el Bar, había allí dos peregrinos y la esposa del dueño. Este había ido a una reunión del Ayuntamiento. Tomé una Coca Cola y después continúe la ruta.
El Ganso dista de Rabanal del Camino unos 8 km. A partir de aquí prácticamente es todo subida. Un Kilómetro antes de Rabanal, a la izquierda se encuentra el Roble de los Peregrinos, que continua erguido allí pese al paso del tiempo.
Al entrar en RABANAL DEL CAMINO, a la izquierda te encuentras la Ermita del Santo Cristo de Vera Cruz. Después giras a la derecha e inicias una subida muy empinada, que incrementa el cansancio de los peregrinos. Es la Calle Real, nombre que se repite mucho en el Camino en referencia a las zonas conocidas como el Camino Real Francés. En esta calle, a tu derecha,, está la Iglesia de San José. Calle arriba la Casa de las Cuatro Esquinas, donde se hospedó Felipe II. Más arriba del pueblo llegas a una plaza; a tu derecha encuentras una fuente con un letrero dudoso de "agua no potable"; en el centro de la plaza la Iglesia de Santa María, románica del Siglo XII, que ahora está en reformas y cuyo campanario tiene un reloj que repite las horas dos veces; a la derecha de la Iglesia continúa la ascensión por la Calle Real, a la izquierda de la Iglesia, el magnífico Albergue de GAUCELMO, dirigido por la Asociación de SAINT JAMES, motivo por el que el también se llama el Albergue de los Ingleses, pues en el año 1989 cuando Juan Pablo II fue a Compostela el Albergue estaba en ruinas y dicha Asociación inglesa lo reconstruyó. Junto al Albergue Gaucelmo, desde de hace pocos años, se ha establecido un Monasterio de Benedictinos, formado por tres o cuatro monjes que procedían de Silos, pero que están subordinados a un Monasterio francés.
Entré en el Albergue y no tuve ningún problema para encontrar cama. Allí estaban o acabaron viniendo todos los peregrinos que venía de Astorga o de otros albergues próximos. Estuve con algunos de ellos e incluso fuimos después a la Iglesia de San José a Vísperas que los monjes celebraban en dicha Iglesia mientras se reformaba la Iglesia de Santa María, que es la Parroquia del pueblo.
Rabanal del Camino es uno de los sitios más importantes del Camino por su proximidad al Hito de la Cruz de Ferro. Rabanal está aproximadamente a unos 1.300 metros de altura. Este pueblo es, quizás, el que ha experimentado más cambios por el resurgimiento del Camino de Santiago. Aparte de la reforma del pavimento de la Calle Real, como en Santa Catalina de Somoza y otros pueblos, hay tres Albergue, el de Gaucelmo, el de la Virgen del Pilar y el Municipal; dos restaurantes y dos hospederías. Lo que hace unos años era un pueblo apenas conocido, hoy constituye un referente para peregrinos, turistas y habitantes del poblaciones próximas. Sin embargo, pese a este cambio, se siente la proximidad de Foncebadón y la Cruz de Ferro.
Que bueno saber de ti.Galicia es una tierra encantadora para mi, de hecho estoy centrándome en la provincia de Orense ahora mismo que veras reflejado en próximas entradas.Tienes razón, Galicia en invierno es un poco rudo y al estar dormida su inmensa naturaleza, todo parece más apagado pero, aun así, conserva su encanto. No puedo evitarlo, me estoy enamorando de la Galicia de monte (como así la llamo).Volveré otro día para saber nuevas cosas sobre tus andanzas por el Camino que por cierto, también pasa por la zona de Monterrei, mas de uno me confundió con un peregrino.Sin más, un saludo.
By: Bob on 16 enero, 2008
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