Santo Domingo de la Calzada a Belorado
15 de abril de 2006
El tiempo que disfrute ese día era totalmente distinto al de otras ocasiones que había andado esa étapa. Casí todas las veces anteriores era el mes de Agosto, mes de sequía por estas tierras, por eso nada más salir del Albergue encontré el tiempo nublado, si bien todavía no me puse la capelina, pues si no llueve es mejor no llevarla encima, pues se suda bastante. Me tomé un café de una de las máquinas situadas en un cobertizo cercano al Albergue, donde también se pararon dos ciclistas. Después ya inicié el Camino, me pare un rato delante la Plaza de la Catedral, situada a cincuenta metros del Albergue, y saqué unas fotos con mi cámara digital, recién comprada, aunque como amante de la fotografía llevaba también otra cámara automática compacta, pues también me gustan mucho las fotos de carrete.
También eché unas fotos a la Iglesia de los Padres Claretianos, situada más arriba, y a la estatuta del Peregrino. Después ya volví a la senda del Camino y me dirigí hacia el Puente del Río Oja, construido por Santo Domingo de la Calzada, quien dedicó parte de su vida a construir caminos y puentes para los peregrinos, como tambièn lo haría su discípula San Juan de Ortega. En el Puente sobre el Río Oja me encontré con la sorpresa de que el río llevaba agua; siempre lo había visto seco, lo cual daría lugar a que mi hermano se sorprendiera cuando vio las fotos de ese río.
Al terminar de cruzar ese largo puente, la comenzó a lloviznar, por lo que, como primera medida, puse la funda a la mochila; la capelina la preparé, pero la guarda para más tarde, pues prefería caminar un rato sin ella. Seguidamente continué por carretera; más tarde ví que el Camino se giraba hacia la derecha por un nuevo sendero; tenía mis dudas de cogerlo porque recordaba que siempre había ido recto; cuando lo iba a hacer, un hombre, que descargaba sacos de un vehículo, me dijo que siguiera recto, además me dijo que así se cortaba más; le dí las gracias, y me convencí de que mi primera impresión era la correcta. Sucede que, en muchos sitios, se ha adecuado el camino, desviándolo por caminos de tierra, lo cual es mejor para andar, pero, en algunas ocasiones, no vale la pena, máxime si llueve.
El camino más adelante se introduce en una senda situada a la izquierda y continúas por ella y por carretera antigua hasta llegar al pueblo de Grañón, la última localidad de La Rioja. Allí, pasada la Iglesia y la plaza del pueblo, fuí a desayunar a un Bar, donde me encontré a Andrés y Ursula; más tarde me encontraría al chico, que se había separado de su madre, que iba detrás; José María se había vuelto a casa. Seguimos el camino ascendiendo por el pueblo; llegamos al límite de las Comunidades de La Rioja y Castilla León, y continuamos hasta Redecilla del Camino, el primer puelbo de la Comunidad de Castila León, en cuya Iglesia se encuentra una Pila Bautismal románica, en la que están grabadas las Dos Ciudades de la famosa obra de San Agustín.
Aquí entramos y volví a sacar unas fotos de esa obra de arte del Siglo XII. Después de este pueblo, más adelante te encuentras con Castilldelgado, Viloria, un pequeño pueblo famoso por que allí nació Santo Domingo, y Villamayor del Río. Aquí descansé un poco, pues me había adelantado y evite subir a Viloria. Posteriormente, continué el Camino hasta Belorado, lugar en el el Albergue principal estaba cerrado y teníamos que ir a otro que era privado. Aquí nos encontramos todos; al día siguiente algunos continuarían el Camino, pero otros se comenzarían a ir, ya que era Sábado Santo y había comunidades en que el Lunes de Pascua no era festivo.
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