El Camino de Santiago

El día 23 de marzo, hace casi un mes, inicié el Camino desde Roncesvalles, donde habia llegado la tarde anterior. Como no estaba abierto el Bar comencé a caminar a las 7,15 horas. Hacía algo de frío, pero soportable, el sol todavía no brillaba, pero ya era de da y se apreciaba que no llovería y que haría algo de calor, pero poca, lo cual presagiaba un tiempo muy bueno para caminar.

Fué emocionante introducirse en el bosque, nada más salir de Roncesvalles, todavía se veía algo de la nieve caída en días anteriores, pero los senderos estaban muy bien. Encontré a dos peregrinos, que también empezaban el Camino, y fuí con ellos un rato. Más tarde nos encontramos en un Bar de Brugete, donde otros peregrinos habían parado a desayunar.

Reinicié más tarde el Camino; la subida del monte del ERRO fue emocionante y la hice muy bien, sin apenas sudar porque el tiempo era muy bueno. Antes había pasado por varios bosques, algunas poblaciones y por terrenos, donde aún había nieve, especialmente la zona de una finca, por la que todos debíamos pasar, donde hice una foto muy interesante. También, a mis espaldas, vislumbre un paisaje muy bonito, brillaba el sol, apenas había algunas nubes blancas, las montañas todavía mantenían el blanco de la nieve al par que su color grisáceo y delante de ellas unos caseríos con tejado de pizarra. Todo ello a cierta altura considerable, pero antes de atravesar varios pueblos y de llegar a la subida del Erro.

Después vino la bajada a Zubiri. En este lugar me paré a beber y comer algo, pero a las 13,15 horas reinicié la marcha hacia Larrasoaña. El susto me lo llevé al darme cuenta que todavía no había llegado ningún peregrino al Albergue, pensé que los demás se quedarían en Zubiri, pero no fue así. A partir de las 16,30 horas comenzaron a llegar todos los demas, que prudentemente se habían quedado a comer en Zubiri.

En Larrasoaña el albergue estaba muy bien y el Hospitalero me atendió muy bien, como ya lo había hecho hace años a mi hermano Javier y a mí, aunque no se lo dije porque pasan tantas personas que no debe acordarse del lugar. En síntesis, el primer día del Camino estuvo muy bien, sin que sufriera ningún tipo de percance, ni problema en los pies o las piernas.